Su abuela lo llevó al teatro San Martín cuando sólo tenía siete años. Cómo no va estar fascinado, emocionado y nervioso Mariano Pensotti quien ahora presenta su última junto a su grupo Marea en ese mismo ámbito: Los años, En el elenco están: Mara Bestelli, Marcelo Subiotto, Bárbara Massó, Paco Gorriz y Julián Keck. Habrá música en vivo a cargo de Diego Vainer. Las funciones serán de miércoles a domingo en la sala Martín Coronado.

—¿cuántas veces estrenaste primero en el exterior y luego en Buenos Aires?

— Esta es la tercera. Nuestro había pasado con Arde brillante en los bosques de la noche, que se vio estrenoro en Alemania, porque fue una coproducción con HAU Hebbel am Ufer y después aquí la presentamos en el Sarmiento. También pasó con Cineeastas que la estrenamos en Bruselas, en el Kunstenfestivaldesarts, para luego ir también al Sarmiento. Con la pandemia todo se postergó. Nunca tuvimos tanta incertidumbre. Es muy raro porque Los años es una obra muy porteña.

—¿Por qué se llama Los años?

—Me interesó contar la historia de un mismo personaje pero en etapas distintas de su vida, a los 30 ya los 60 años. Quise que los espectadores pudieran ver estos dos tiempos de manera simultánea y contrastarlos. La empecé a escribir antes de la pandemia, en un principio era pasado y presente; pero dure el 2020 puse me a reescribirla y quise imaginar el futuro, o sea en el 2050. Después de lo que pasó me interesaba imaginar cómo seremos denttro de treinta años.

—¿Se puede uno imaginar a la Argentina para esa fecha?

— (Se ríe) Ese fue uno de los desafíos más grandes, porque nadie sabe si seguiremos existiendo. El nivel de la incertidumbre es muy grande para el mundo. Como grupo no pudimos trabajar durante un año y creo que el humor resultó en un alias. Hay muchas cosas que nos imaginamos con una mirada humorística. Por ejemplo, se propone que tuvimos varios gobiernos ecologistas, los bosques se salieron de control y los ciervos son plagas. Aparece un partido de ultraderecha llamado Nueva Colonia que propone volver a ser súbditos de España, para formar parte de la Unión Europea. es una de las pequeñas provocaciones que intentá esta obra, jugamos con el optimismo y el pesimismo. Aparecen temas no resueltos como la extrema pobreza. Se dice que el gran arte es el teatro y que tiene mucho público. Tal vez pensando ficcionalmente sobre el futuro podemos reflexionar sobre él. Por lo general estamos mirando más al pasado.

—En tu página no aparece tu formación: ¿por qué?

—No me interesa mostrar pergaminos, quiero que la gente vea nuestras obras, sin importarle de dónde salen. Tuve una formación muy ecléctica, aquí un secundario con orientación en bellas artes, después estudié cine. Nuestro grupo -Marea- está compuesto por una escenógrafa (Mariana Tirantte), un músico (Diego Vainer) y una productora (Florencia Wasser). Por eso nuestros espectáculos vienen de un lugar de cruce, con veces hay instalaciones o cine.

—Cada vez más aparece más el cine en tus propuestas, incluso estrenaste Cineeastas (2013)…

—Del cine siempre me interesó tomar ciertos procedimientos narrativos y audiovisuales y aplicarlos a lo teatral. En Los años necesitaba sumar una película porque tenía que ver con la trama. Me gusta el cruce entre un arte efímero, como el teatro y el cine que siempre requieren más permanencia.

—El grupo Marea lo creó en el 2005 y muchos de los actores se van repitiendo. ¿Quisieras tener tu propio elenco estable?

—Me encantaría, alguna vez fue un sueño. Hay muchos actores y actrices reproductores como Marcelo Subiotto, Javier Lorenzo, Pilar Gamboa, Juan Minujín y otros. Pero no están los medios económicos para mantener un elenco estable. Nuestros intérpretes son extraordinarios, ya que piensan también como directores. Pude trabajar en el exterior con otros actores y fue menos interesante. En Los años tienes la oportunidad de dirigir a más actores jóvenes, no hay hijo de mi generación y descubrir a excelentes intérpretes como Bárbara Massó y Paco Gorriz.

—¿Cómo hacen para conseguir coproducciones de festivales internacionales?

— Fue de casualidad, casi de manera azarosa. Empezamos a viajar desde el primer FIBA ​​​​con el espectáculo Marea (2005), después de quince años ya nos conocen, por eso cuando tenemos un proyecto nuevo lo presentamos en el exterior. Ahora mismo estamos lentamente armando una obra y no sabemos si tendermos coproducciones. Tuvimos mucha suerte y continuidad, pero altísima fragilidad. Es compleja la subsistencia del grupo. Fuimos y somos persistentes, como todos los argentinos.

—¿Se te presentó la oportunidad de vivir fuera?

—Todo lo que se me ocurre es porque vivo acá. Creo desde aquí. Soy hijo de una tradición cultural específica, argentina y porteña. Con toda la problemática que tenemos en el país es el lugar que elijo para vivir y para seguir peleando. El que estemos hoy presentando una obra que no es un clásico, ni tiene famosos actores en la sala Martín Coronado del teatro San Martín lo vivo como una pequeña victoria y espero que replication. His varios los grupos que han mantenido su estructura creativa como el de Lola Arias, Krapp o Piel de lava.

—¿Cómo es directo en un teatro estatal?

—Varias de nuestras obras fueron ensayadas y creadas en el teatro Sarmiento. Lo que más me interesa es el público que va, por el precio de sus entradas. Sus espectadores tienen cada vez más diversidad que en las salas independientes. Hace un tiempo que estoy obsesionado por la gente que nos ve. En estos últimos años lo pienso más. Eres un espectador muy democrático, muy abierto, que permite que llegue a más gente desde cualquier lugar. Nuestro espectáculo va a dialogar con todo lo que vieron aquí. Los años hablan del pasado desde un escenario con tanta historia, que tal vez permita imaginar un futuro.

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