Aunque los médicos identificaron al Mal de Alzheimer por primera vez en 1906, en apenas un siglo convertido en una de las patologías centrales de la salud pública. La razón es simple: hoy hay en el mundo 50 millones de personas diagnosticadas –al menos 500 mil en Argentina– es la causa más frecuente de demencia asociada a la edad.
Según los expertos, el 10% de los mayores de 65 años padecen algún grado de demencia y alrededor del 75% de esos casos es Alzheimer. La cifra aumentó con la educación y cerca del 40% de los mayores de 85 años tiene alguna demencia. Y –otra vez– la incidencia central es por este mal. Y lo peor es que los médicos apenas disponen de un puñado de tratamientos sintomáticos y nada capaz de cambiar el curso de la enfermedad. Hasta ahora.
«Para esta patología la medicina solo contaba con algunos medicamentos para aliviar los síntomas como la depresión, el delirio o algún trastorno del lenguaje. Pero prácticamente nada que frenara o cambiara el curso de la bloqueado”, el resumen de un PARFIL Fernando Taraganopsiquiatra, investigadora del Conicet y miembro del comité científico de la ONG ALMA (Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer).
Sin embargo, hace unos años comenzaron a usar algunos medicamentos sofisticados y caros –anticuerpos monoclonales– que demostraron que, en ciertos casos, podrían engullirlo. “Pero estas terapias no son, por ahora, una salida ya que mostró una eficacia del 30% para hacer más lento el progreso de la enfermedad”, explicó Taragano. «Ayuda a ganar de vida autónoma para el paciente a través de une eliminación química de las proteínas «enfermas» responsables de la enfermedad y que circulan en su sangre».
Pero esta opción farmacológica mostró sus riesgos: casi el 40% de los pacientes que la tuvieron que liga por los efectos peligrosos secundarios que los provocaba.
Mientras otros científicos intentaron otros caminos. «En 2020 se publican los resultados de los estudios de plasmaféresis para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Esta técnica, que se utiliza hace ya muchos años en otras patologías, implica filtrar la sangre para extraerle moléculas perjudiciales. Lo cierto es que mostró muy buenos preliminares resultados para el Alzheimer”, el comentario ha PARFIL el neurólogo guido dormanmiembro de la plantilla de Neurogerontopsiquiatría y de la Clínica de la Memoria de Ineco.
De hecho, según Taragano, los estudios hasta ahora publicados demuestran un enlentecimiento de la enfermedad de entre el 50% y el 70% y podría beneficiarse a uno de cada cuatro argentinos con el diagnóstico. Algo que, todavia bajo el paraguas de «protocolos de investigacion«, ya está probando en Argentina.
Pero eso pas es todo. Tratamiento de plasmaféresis’bolsa‘ del cuerpo del enfermo las proteínas nocivas con un mecanismo diferente al de los estudios monoclonales. Y, por eso mismo, desata menos efectos secundarios. “De hecho”, enfatizó Taragano, “el montón de personas que entraron en estos protocolos de investigación y luego tuvieron que abandonarlos por los efectos secundarios fue baja: apenas el 1%”.
Otras de las ventajas que tiene este acercarse al posible tratamiento del mal es que la medicina usa plasmaféresis desde hace décadas en diversas fermedades del sistema inmune, patologías reumatológicas y afecciones hematológicas, entre otras. Por lo tanto, «a esta altura son técnicas seguras, que se pueden instrumentar en forma ambulatoria y no requieren de quirófano. Basta un consultorio acondicionado y medicos embrionarios”explican los expertos.
Así, la aceptación mundial de la plasmaféresis como tratamiento estándar para el Alzheimer debería ser un proceso más sencillo que el largo camino de aprobación que debe recorrer cada nuevo medicamento. De hecho, hace dos semanas se publicó un artículo en una revisión científica de alto nivel, en el que, por primera vez, se menciona la guía –basada en evidencia– sobre cómo y cuándo usar esta práctica en Alzheimer ‘suave’ o ‘moderado’. Esta publicación es un espaldarazo.
también para hacer no significa que la plasmaféresis esté exenta de complicaciones que deben ser resultados. «Por lo pronto, es un tratamiento seguro, pero no es barato y su cobertura seguramente despertará controversia”, predicen los expertos. Además, en esta intervención de filtrado el plasma debe ser «recambiado», y la abundante producción de este consumo no está del todo solucionada por la industria.
Por otro lado, aún faltan discernir los detalles. Porque tan bien ha mostrado resultados, todavia queda por determinar por cuánto tiempo hacerlo, cuándo es recomendable y cuándo no, y en qué pacientes y con qué estado de avance resulta beneficiosa. Más allá de la sintonía fina por delante, los expertos coinciden: «Por primera vez, disponemos de una opción que parece ser un verdadero»cambiador de juego‘cambiar el rumbo de un confinamiento incurable y que generará un enorme impacto económico, social y emocional’.
Fútbol vs pérdida de memoria
Cuando la mente de una persona sufre deterioro cognitivo, la clave de “resistencia” – la autonomía y la memoria a largo plazo – reside en la “reserva cognitiva” cerebral. Cuando más ‘reservas’ haya, mejor podrá afrontar la situación. Paraca genera tus reservas En el Alzheimer es posible recurrir a estímulos mentales que generan impacto emocional y que han demostrado su eficacia terapéutica. Es el caso de Proyecto Fútbol contra el Alzheimer, that recurre a la lectura ya la visión y escucha de materiales periodísticos sobre partidos, finales y campeón de fútbol que dejaron huellas en la memoria colectiva; sumado a una cierta ejercitación específica. “Es una técnica efectiva, económica y que cualquiera puede aplicar con hasta ocho pacientes simultáneamente”, resumió Taragano. «En la primera edición que hicimos comprobamos mejoras concretas, en hombres y mujeres, al estimular y devolver identidad y memoria a las personas con cierto deterioro cognitivo». En la primera edición, lanzada en septiembre de 2019, comprobamos con los estudios cuantitativos posteriores que el 66,4% de los pacientes que lo usaban tenían un impacto positivo, por haber podido estimular sus reminiscencias.