En el marco de la cumbre anual de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), celebrada este sábado en Lima, Perú, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, se reunieron para discutir el futuro de la relación. entre ambas naciones. Este encuentro, marcado por un tono de cooperación y reflexión, subrayó la importancia de gestionar las diferencias desde una perspectiva de competencia, pero evitando el conflicto.
«Competencia, no conflicto. «Esa es nuestra responsabilidad para con nuestro pueblo», afirmó Biden durante el encuentro, destacando que la forma en que ambas potencias gestionen su relación tendrá repercusiones globales. Biden, que está a punto de concluir su mandato el próximo 20 de enero, aprovechó para recordar los años de diálogo sostenido que ha mantenido con Xi Jinping y la importancia de seguir impulsando una dinámica constructiva entre las dos mayores economías del mundo. “La forma en que trabajemos juntos influirá no sólo en nuestras naciones, sino también en el resto del mundo”, afirmó el presidente estadounidense.
Por su parte, Xi Jinping subrayó que la rivalidad entre grandes potencias no debería ser el principio rector de las relaciones internacionales en la actualidad. «La competencia entre grandes países no debe ser la lógica subyacente de los tiempos», afirmó el líder chino, subrayando que sólo la cooperación y la solidaridad pueden ayudar a la humanidad a afrontar los desafíos de una era marcada por avances tecnológicos y científicos sin precedentes.
En su discurso, Xi también dejó claro que China está dispuesta a trabajar con la próxima administración estadounidense, encabezada por el presidente electo Donald Trump. «El objetivo de una relación estable, saludable y sostenible entre China y Estados Unidos permanece sin cambios», dijo Xi, reconociendo la importancia de mantener la estabilidad en las relaciones bilaterales, independientemente de los cambios políticos en Washington.
Uno de los temas que Biden puso sobre la mesa fue la inteligencia artificial, destacando que su administración ha reunido a expertos para evaluar los riesgos y oportunidades en este campo. En particular, el presidente estadounidense destacó cómo la colaboración con China ha contribuido a abordar problemas como la lucha contra el narcotráfico, mencionando que las muertes por sobredosis han disminuido por primera vez en cinco años. Este logro, según Biden, demuestra el potencial de esfuerzos conjuntos en áreas de interés mutuo.
Sin embargo, las tensiones geopolíticas no estuvieron ausentes del diálogo. Biden había planeado instar a Xi a ejercer influencia sobre Corea del Norte para que no intensifique su apoyo a la invasión rusa de Ucrania. Este tema refleja cómo los conflictos internacionales y las alianzas estratégicas siguen siendo puntos clave en la relación entre China y Estados Unidos.
El contexto de este encuentro también estuvo marcado por la inminente transición de poder en Estados Unidos. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, existe incertidumbre sobre el rumbo que tomarán las relaciones entre ambos países. Durante su campaña, Trump prometió implementar políticas comerciales más estrictas, incluidos aranceles significativos a las importaciones chinas, lo que podría remodelar la dinámica económica y diplomática entre las dos naciones.
Biden, por su parte, expresó su satisfacción por los avances logrados durante su mandato, a pesar de los desafíos que han caracterizado la relación bilateral en los últimos años. «Durante los últimos cuatro años, las relaciones entre China y Estados Unidos han experimentado altibajos, pero con nosotros dos al mando, también hemos entablado un diálogo y una cooperación fructíferos y, en general, hemos logrado la estabilidad», señaló el presidente saliente.
El encuentro entre Biden y Xi no sólo reafirmó la importancia de una comunicación abierta entre las dos potencias, sino que también sirvió como recordatorio de los desafíos y oportunidades que definen su relación. Al finalizar este encuentro bilateral, ambos líderes partieron hacia Brasil, donde se unirán a otros jefes de Estado en la Cumbre del G20, que tendrá lugar en Río de Janeiro entre el lunes y el martes.
A medida que el panorama global siga evolucionando, la relación entre Estados Unidos y China seguirá siendo un factor determinante en el equilibrio global. El encuentro de Lima deja claro que, a pesar de las diferencias, ambas partes reconocen la necesidad de mantener un diálogo constante y trabajar juntos en temas de interés común. Con el cambio de administración en Estados Unidos, el mundo observará de cerca cómo se desarrollará la dinámica entre estas dos potencias en los próximos años.