La presidenta peruana Dina Boluarte reorganizó el martes su gabinete y nombró a cuatro nuevos ministros, incluido un cambio en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Sin embargo, decidió mantener en su puesto al ministro del Interior, Juan Santiváñez, pese a las crecientes críticas por el aumento de la delincuencia en el país.

Uno de los cambios más destacados fue la salida de Javier González-Olaechea como canciller, quien fue reemplazado por Elmer Schialer. González-Olaechea había estado en el centro de la polémica tras reconocer prematuramente la victoria del líder opositor venezolano Edmundo González en las elecciones de ese país, lo que llevó a Venezuela a romper relaciones diplomáticas con Perú. Sus declaraciones fueron calificadas de “imprudentes” por el gobierno venezolano, lo que desató una ola de críticas en Perú.

Además del cambio en la Cancillería, se dieron cambios en los ministerios de Comercio Exterior, Cultura y Vivienda. Respecto a este último, la nueva ministra, Hania Pérez de Cuellar, hizo un llamado a la unidad al pedir a los asistentes a un acto público que “oren por todas las autoridades para que no desfallezcamos, para que no caigamos en la tentación de robar”. Este mensaje refleja la preocupación por la corrupción en el gobierno, un tema que ha afectado a múltiples administraciones en el Perú.

Pese a los cambios en el gabinete, la decisión de Boluarte de mantener a Santiváñez en el Ministerio del Interior ha generado críticas. En los últimos años, el país ha enfrentado un alarmante aumento de la criminalidad, especialmente en casos de extorsión, que se han quintuplicado entre 2021 y 2023. La falta de medidas efectivas para combatir la delincuencia ha llevado a muchos ciudadanos a cuestionar la capacidad del ministro para manejar la situación.

Por otro lado, la gestión del ministro de Salud, César Vásquez, también ha sido objeto de críticas. Su reciente decisión de reducir los requisitos de examen para los estudiantes de medicina que quieran acceder a puestos en áreas de salud vulnerables ha hecho saltar las alarmas sobre la calidad de la formación médica en el país. Esta medida ha sido vista como un intento de paliar la escasez de profesionales de la salud en las zonas rurales, pero también plantea serias dudas sobre la preparación de estos futuros médicos.

La situación política en Perú es tensa y la presidenta Boluarte se enfrenta a un gran desafío en su gestión. Según una encuesta realizada en agosto por el Instituto de Estudios Peruanos, su índice de aprobación es de apenas el 6%. Pese a ello, ha logrado sobrevivir a siete intentos de impeachment en sus 19 meses de mandato, gracias al apoyo de una coalición de grupos políticos en el Parlamento.

Los recientes cambios en el gabinete de Dina Boluarte podrían ser un intento por revitalizar su gestión y responder a las demandas de la población. Sin embargo, la permanencia de figuras cuestionadas y decisiones controvertidas siguen generando incertidumbre. La presidenta tendrá que actuar con rapidez y decisión para abordar los problemas de criminalidad y mejorar la percepción pública, si quiere recuperar la confianza del pueblo peruano.