La presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha vuelto a criticar los resultados de las encuestas que muestran su baja aprobación. Según un informe reciente, el presidente cuenta con un 3% de apoyo popular, frente a un 95% de desaprobación. Durante recientes actos públicos, Boluarte habló con sarcasmo de estas cifras, cuestionando su validez y asegurando que no representan la realidad de su gestión.
En un acto público en Carabayllo, Boluarte no dudó en expresar su rechazo a los encuestadores, sugiriendo que, si sus cifras eran tan bajas, bien podrían reducirlas aún más. «A los que me califican, que dicen que tengo un 3% de aprobación, les digo: denme un 00 de una vez, así estamos empatados y vamos a penales», anotó con tono irónico. La presidenta también recordó que sus cifras iniciales de aprobación partían del 11% y sugirió que, según ella, hubo intentos de manipulación para mejorar esas cifras.
«Primero empezaron con el 11%. Tocaron a nuestra puerta, pero nos dijeron: ‘danos algo, te lo subimos dos puntos’. Y no les he dicho nada», añadió, insinuando que estas encuestas podrían no ser completamente transparentes.
Minimizando los números
Durante su intervención, Boluarte dejó claro que no da demasiada importancia a los números de las encuestas. Según ella, su enfoque está en trabajar junto a los alcaldes e implementar proyectos de inversión que beneficien a las comunidades. «A mí los números no me preocupan. Nunca fui bueno en matemáticas, así que no me afecta. “Estamos trabajando en proyectos de inversión y eso es lo que importa”, afirmó.
Además, la presidenta indicó que no le interesa gastar recursos ni esfuerzos para mejorar su imagen en las encuestas. «Por mí no tengo miedo de decirles que les vamos a dar un solo sol para que levanten dos puntos. No me importan los puntos, si suben o bajan», añadió con desdén.
Respuesta en Apurímac: “Señor, perdónalos”
En otro acto reciente, esta vez en Chalhuanca, Apurímac, Boluarte volvió a abordar el tema de las urnas, pero con un tono más sarcástico y directo. Al referirse al 3% de aprobación que se le atribuye, utilizó una frase cargada de ironía: «Cuando allá en Lima dicen que el presidente tiene el 3% de aprobación, ¿qué respondemos? Aquí estamos”.
Dirigiéndose a las comunidades locales, aseguró que las cifras no reflejan la percepción de las regiones donde, según ella, ha impactado su gestión. «Sólo sonrío y digo: ‘Señor, perdónalos, porque no saben lo que dicen ni lo que examinan’. «Aquí están los pueblos chalhuanquino, aymarino y apurimeño de la hermosa capital chalhuanca», expresó, resaltando su vínculo con las poblaciones locales y minimizando la validez de los datos provenientes de las encuestadoras.
Controversia y percepción pública
Los comentarios de Dina Boluarte han generado reacciones encontradas entre la población. Mientras algunos sectores la critican por no reconocer la evidente desaprobación hacia su gestión, otros resaltan su esfuerzo por concentrarse en la labor gubernamental en lugar de preocuparse por su imagen pública.
Sin embargo, los resultados de estas encuestas reflejan un distanciamiento creciente entre el gobierno y los ciudadanos, alimentado por la crisis política y social que atraviesa el país. Los analistas coinciden en que, más allá de las cifras, el descontento popular es palpable y que el presidente enfrenta un desafío importante para reconectarse con los peruanos.
Gestión bajo escrutinio público
Pese a su rechazo a las urnas, persisten las críticas al gobierno de Boluarte. La falta de avances claros en cuestiones clave como la economía, la seguridad y la estabilidad política ha contribuido al deterioro de su imagen. Además, el contexto de polarización que vive el Perú ha dificultado aún más su capacidad para generar consenso y gobernar eficazmente.
Mientras tanto, Boluarte sigue defendiendo su gestión, insistiendo en que su prioridad son los proyectos de inversión y el trabajo coordinado con los gobiernos locales. Sin embargo, la presidenta tendrá que enfrentar los desafíos de un país donde la desaprobación de su administración parece ser un consenso cada vez más amplio.
Con un tono que mezcla ironía y determinación, Dina Boluarte continúa su mandato en medio de interrogantes y tensiones, dejando claro que no se dejará influenciar por los números, aunque sigan pintando un panorama desfavorable para su gobierno.