Puso empeño hasta el final un bravo Sevilla, que metió en su área a un señor equipo como el Arsenal. Los de Mikel Arteta ganaron gracias a dos golazos de Martinelli y Gabriel Jesús, demasiada pólvora para un equipo andaluz que compitió muy bien, pero que tuvo una desconexión letal en el tiempo de alargue de la primera mitad. Volcado en ataque con cero a cero, su sistema defensivo crujió para facilitar un contragolpe mortal que definió muy bien Martinelli. Nada más comenzar la segunda mitad, Gabriel Jesús metió un golazo. Respondió el Sevilla con un tanto de raza de Gudelj y mucho corazón. Tanto que rozó el empate en un mal despeje del meta español Raya. Al final, el talento del Arsenal acabó por desnivelar un bonito partido. Al Sevilla le sigue quedando demasiado grande el traje de la Champions League. El empate entre el Lens y el PSV en el otro partido del grupo le sigue dando opciones, pero no tiene más remedio que, al menos, empatar en Londres en el siguiente choque.

1

Ørjan Haskjold Nyland, Gudelj, Marcos Acuña, Jesús Navas (Juanlu Sanchez, min. 78), Sergio Ramos, Lucas Ocampos, Djibril Sow (Mariano, min. 56), Lukebakio (Lamela, min. 56), Boubakary Soumare, Rakitic y En-Nesyri

2

Arsenal

David Raya, William Saliba, Ben White, Takehiro Tomiyasu, Gabriel, Odegaard (Kai Havertz, min. 73), Declan Rice, Jorginho , Martinelli (Jakub Kiwior, min. 91), Gabriel Jesus (Eddie Nketiah, min. 81) y Bukayo Saka (Trossard, min. 81)

Goles 0-1 min. 48: Martinelli. 0-2 min. 53: Gabriel Jesus. 1-2 min. 58: Gudelj.

Árbitro Glenn Nyberg

Tarjetas amarillas Mariano (min. 66), Jorginho (min. 67) y Lamela (min. 75)

El Sevilla y el Arsenal se midieron en un pulso formidable, con un Sánchez Pizjuán festivo, la afición entregada y un ambiente espectacular. El caldo de cultivo adecuado para que se desarrollara un partido tenso y enérgico, medido hasta el límite por los dos entrenadores. Un duelo donde los dos equipos practicaron una altísima presión a la salida del balón del rival y mostraron sus armas para intentar llevarse tres puntos vitales en la clasificación de un grupo muy igualado.

El Sevilla de Diego Alonso ha aprendido a competir, mostrando una energía juvenil ese grupo de veteranos al que se ha ganado el técnico uruguayo. Enfrente, un Arsenal exquisito, plagado de detalles tácticos estimables, como la inclusión del lateral japonés Tomivasu para actuar de interior. Un grupo con una velocidad tremenda de los tres cuartos en adelante al que el Sevilla supo detener en un primer tiempo de mucho oficio.

Gudelj cabecea el balón ante el delantero brasileño del Arsenal, Gabriel Jesus, durante el encuentro correspondiente a la fase de grupos de la champions league.
Gudelj cabecea el balón ante el delantero brasileño del Arsenal, Gabriel Jesus, durante el encuentro correspondiente a la fase de grupos de la champions league.Raúl Caro (EFE)

Hasta que en el minuto 48 el Arsenal dibujó un contragolpe mortal después de un gran ataque del conjunto andaluz. Un despeje apurado de la defensa inglesa se convirtió en oro en un movimiento espectacular de Gabriel Jesús, que envió además un medido pase en profundidad a Martinelli. La jugada cogió a toda la defensa adelantada y el brasileño, una bala, se plantó en el área para regatear a Nyland y batir al portero noruego. Todo lo bueno que había hecho el Sevilla en una aceptable primera mitad quedó diluida en una jugada diabólica, donde los jugadores del Arsenal mostraron una tremenda calidad.

Con anterioridad, los ataques del conjunto inglés, tercer clasificado de la Premier y favorito del grupo, habían sido bien contenidos por el Sevilla. El más claro llegó a los ocho minutos, cuando Nyland salvó ante el propio Martinelli. Tres minutos antes del estacazo, En-Nesyri remató algo desviado un brillante contragolpe capitaneado por Ocampos. El Sevilla se había matado en el campo y perdía. El choque, además, se abría a un escenario complicado para los intereses andaluces. El Sevilla se veía en la obligación de atacar ante un rival de una velocidad considerable. Gabriel Jesús la metió por toda la escuadra en un golazo que marca la diferencia entre un gran equipo, como el Arsenal, y otro bueno como el Sevilla. Los ingleses tuvieron opciones de rematar el partido. No lo hicieron y el Sevilla se creció desde la fe. Marcó Gudelj y el conjunto andaluz se volcó en busca del empate. Todo fue entrega y poco fútbol, un esfuerzo encomiable que no encontró recompensa y al que respondió el Arsenal perdiendo tiempo. Los grandes equipos también saben jugar el otro fútbol.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.