Desde el 23 de este mes puede ver en los cines la película Asfixiados, que como relatarán sus protagonistas fue filmada casi íntegramente en un velero. La película de Luciano Podcaminsky cuenta con los protagonistas de Julieta Díaz y Leonardo Sbaraglia junto a Marco Antonio Caponi y Zoe Hochbaum, con la participación especial de Natalia Oreiro. El guión lleva las firmas de Alex Kahanoff, Andrea Marra, Sebastián Rotstein y Silvina Ganger. Dirá Julieta Díaz, con una sonrisa, en diálogo con PERFIL: «Fue placentero filmarla con un equipo maravilloso y volver a trabajar junto a Leo (Sbaraglia), aunque fue una película muy demandere. Me mareo mucho en los barcos y pasamos doce horas arriba El agua a veces estaba muy fría pero no me quejo: así es el cine”.

—¿Cómo define a un Asfixiados?

—Para mi es una comedia dramática pero con un estilo particular, ya que tiene su identidad. No hay carcajadas de heno. Es una obra vincular, con toques románticos y de aventuras. Nunca antes había hecho una película de este estilo, que es lo mismo dice Leo (Sbaraglia), quien filmó el doble de escenas que yo.

—¿Quién hizo tu cambio? Aquí apareció con otro corte de pelo…

“Yo lo inventé. Me gustó que mi personaje, Lucía, tuviera cierta apariencia francesa, ya que su energía es distinta. Por un lado medita, pero dentro tiene una bomba. La estética la manejamos con la productora y además hacía mucho que me quería cortar el pelo. Sentí que podía darle más fuerza a esta protagonista.

—Tu personaje tiene un cambio de vocación: ¿te pasó?

—Creo que en esta mediana edad, entre los cuarenta y cincuenta años, a todos nos pasa de reflexionar sobre lo que hicimos y queremos hacer. Una se está renovando todo el tiempo. Me porque todos barajamos y queremos dar de vuelta, tanto con el trabajo como con la vida afectiva, o incluso al tener un hijo. Sus momentos en los que una se hace preguntas. Buscamos que coincidiera el adentro con el afuera.

—¿En qué momento aparece el canto en tu vida profesional?

—No fue de un día para otro. Hice el musical Los Locos Addams (2013), ya que venía preparándome para eso y estudiando canto. También la música ponía poemas, ya que escribo por algo interno. Así que empre que veía la posibilidad de cantar en algún personaje lo hacía. Cuando me llamaron para interpretar a Tita Merello, para Historias clínicas (2012), propuse y grabé Llamarada. También cuando hice Señores papis (2014) mi personaje cantaba cumbias y les propuse grabar un tema. Al hacer Pequeña Victoria (2019) nos juntamos con Natalie (Pérez) y luego cantamos todas. Cada vez que me invitó un músico independiente siempre me sumé: esto desde hace veinte años, aconsejada por Katie Viqueira, ya que es cantautora. Durante la cuarentena hice más temas con otros músicos. En ese ir come apareció Diego Presa, quien me dijo ponerle música a mis poemas. Hasta el día de hoy no paramos, por lo general las letras son mías y la música es de él. Hay un trabajo en equipo.

—In 2022 hiciste con tu padre, Ricardo Díaz Mourelle, el espectáculo El oficio de dar: ¿soñás repetir este tipo de propuesta musical?

—En algún momento me gustaría volver a hacer un musical, como fue Los locos Addams. Me siento una actriz que canta, no puedo cantar todo, porque no soy una cantante que actúa. Tal vez escriba algo con alguien. Ahora con Diego creamos este dúo, y recién este año vamos a poder hacer espectáculos musicales tanto en Uruguay como en Argentina. Por eso decidió no seguir con el teatro, me bajé de Precoz y terminamos con Las irresponsables, para tener las multas de semana liberados. Este año sale nuestro segundo LP, con diez temas, dos homenajes, uno a Zitarrosa y otro a Gabo. Además necesito estar más con mi hija.

—¿Será un año sólo de música?

-No. Así que me dedicó una película. Tenemos proyectada una película de Azul Lombardía, junto a Carla Peterson, que grabaremos. Tal vez despues saldra alguna serie.

—¿Cómo ves al cine nacional?

—No me siento capacitada para analizarlo. Creo que tenemos que cuidarlo y darle un marco legal para protegerlo. Me pone muy contenta que se estrenen peliculas en los cines. Venimos de estar candidatos a los premios Oscar. Sabemos que hay una filmografía de mucha calidad y que no sólo se graban películas de culto, sino que hay venta de entradas.

— ¿Notas las diferencias cuando te dirige un hombre o una mujer?

-No. Hay diferencias cuando es bueno o malo, cuando hay director o director de actores o no. A veces me siento mas sola y en otros casos me guian. No soy una interprete que pueda dirigir. Necesito la mirada del otro, en este caso Luciano (Podcaminsky) nos ayudó: es muy abierto, intuitivo e inteligente. Nos escuchó mucho, y aunque su mirada fue muy concreta, estaba permeable. Hubo mucho respeto y me sentí muy tranquila con su mirada.

—En este mes de marzo, ¿qué sentís que las mujeres conseguimos y qué nos falta?

—No se si tengo la autoridad para decir lo que falta. Ahora con las leyes de Aborto Legal y de la Educación Sexual Integral (ESI) me parece que todavía hay persecuciones en las provincias. Parecería que la legislación no importa, me parece que debería respetarse. No hay que pensarlo sólo desde el feminismo -soy feminista- sino que hablamos del humanismo. Quiero que mi hija sepa sobre su cuerpo, para protegerse, cuidarse y pasarla bien.

—¿Qué te preocupa más de la Argentina?

— (Hace un silencio) Quizás que se habla de las personas antes que de los conflictos. Sigue teniendo mucho ego. No se busca construir con el que piensa diferente. La grieta es un invento, creo que sirve para lo partidario. Está claro de qué lado me identifica. Siento que hay un chiquitaje. Además vivimos una emergencia climática terrible. Es importante que Argentina sea consciente de los recursos no renovables y de su responsabilidad en la situación global. Hoy estamos con unas temperaturas atroces y no es sólo un tema nacional: es global. Es una pregunta global. No es una utopía, hay que unirse. Seguimos pensando en el dinero y no en el agua o el aire. Hay una bomba de tiempo regresiva. Hay países que lo están intentando, como Brasil. Siempre voy a apoyar a un gobierno nacional, popular, con una perspectiva progresista y de defensa de los derechos humanos, pero si mañana Alberto se va y quien venga va a redoblar la apuesta. Vienen aquí muchos países a hacer lo que no permiten en sus suelos, como la mega minería. Son dólares rápidos para pagar una deuda ilegal. Lo veo de afuera, pero habría que cambiar las prioridades. Estamos en un momento muy complicado en toda Latinoamérica. Sus temas muy complejos.

zoe y marco

En la película Asfixiados hay otra pareja, la que integran Zoe Hochbaum y Marco Antonio Caponi. Hochbaum intervino hasta ahora en varias películas como Abzurdah (2015) y El faro de las orcas (2017). Está a la espera del estreno de Cabo Polonio, en la que además de intérprete fue co-guionista y compartió escenas con Carmen Maura y Sofía Gala, bajo la dirección de Nicolás Gil Lavedra. Dirá: “Interpretamos una canción junto a Julieta Díaz, hacía frío y era complejo, un desafío. Siempre armamos las escenas en conjunto. Una experiencia única. Me encanta navegar, pero no le sucedió igual a todos mis compañeros. Filmamos casi un mes arriba de un barco, también en Montevideo. Grabamos desde noviembre del 2021 hasta marzo del 2022”.

Marco Antonio Caponi volvió del ciclo Conexión Buenos Aires/Madrid donde condujo el unipersonal Romance del Baco y la Vaca de Gonzalo Demaría, a la Casa de América. Trabajó en Córdoba, Santa Fe y su provincia, Mendoza y anticipó que desde junio será participante del XXII Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid, en Clásicos de Alcalá de Henares. Ahora habla de Asfixiados: “Estéticamente es hermosa, pero grabar en el velero fue un movimiento continuo. Fue mi primera vez y espero que la ultima. (Serie). Estábamos ocho y nueve filmando y se hacía muy horas abrumador. Me mareaban los ensayos”. Is the tercera ficción que graba en Uruguay, primero fue Iosi, el espía arrepentido de Daniel Burman y acaba de terminar allí Norma de Santiago Giralt, con Mercedes Morán. Filmado en San Pablo y Río de Janeiro. «Me gusta mucho trabajar en Argentina, Brasil tiene una muy grande industria y Uruguay la está armando», concluyó Caponi.

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