La concentración de los chicos en el aula es un reflejo de su conducta dentro de otros entornos. En los establecimientos educativos, los chicos tienen un tiempo segmentado para el aprendizaje, pero en sus hogares los horarios son más amplios y también requieren una disciplina conductiva para expulsar la atención.

Enseñar a los niños a darse cuenta de los problemas sin buscar un objeto determinado es una forma de adaptación a las actividades cotidianas. Se trata de que disfruten de la propia tarea en sí y perciban sus beneficios, por ejemplo labores domesticas como ajustar la cama o ayudar en la limpieza. No es positivo enseñar a los niños a hacer actividades con presión, en ese sentido el estímulo, como la música, puede traer el disfrute. En este aspecto, es importante que sepan disfrutar de lo que hacen sin necesidad de esperar nada a cambio.

Por otro lado, hay que cuidar de los niños que están sobreexpuestos constantemente a distintos estímulos audiovisuales. Las numerosas pantallas generan infinidad de distracciones rápidas a nivel visual. Esta velocidad y cambio de estímulo provoca una actividad constante del cerebro que impide la atención y la relajación de la mente. Exposición a dispositivos audiovisuales, computadoras o celdas deben usar con medida y evite, en particular, antes de ir a la cama o momentos previos al estudio.

Enfocarse es primordial para la actividad que se está efectuando, los chicos deben aprender la capacidad de apuntar a una tarea no hay varias cosas a la vez. Este concepto es algo que hay que educar a los niños desde que son muy pequeños. Por ejemplo, el hecho de comer mientras ven la televisión no facilita la atención consciente en la comida.

La consecuencia es que tampoco tendrán capacidad para mantener la atención consciente en otras actividades como los estudios. Cuando están haciendo las tareas escolares o estudiando no celulares, tablet, smartphone o televisión aclamadaPorque descentrará su atención y el rendimiento será más bajo.

juegos de mesa

El ritmo tan elevado al que estamos en la sociedad, nos lleva a tener pocos momentos tranquilos para pensar o reflexionar cómo nos sentimos. Es interesante poder destinar un tiempo de serenidad y mantener contacto con el resto de la familia, los juegos de mesa participativos podría ser una forma de fortalecer el vínculo con los chicos y la familia.

La atención no puede desarrollarse si nuestro cuerpo no sabe contemplar el contexto. Es importante crear el hábito de observar dónde está nuestro entorno. Pararse a mirar los pequeños detalles de las cosas cotidianas que rodean al niño. Juegos infantiles clásicos como el «veo-veo”permitirá potenciar la atención y que el cerebro desarrollará el hábito de ver y apreciar.

Otro aspecto sensorial es el dedicar momentos de escucha. La radio puede ser un buen estímulo. Poner musica sin ver la imagen o incluso ponerles audiolibros de cuentos o historias para que puedan escuchar, reforzar la imaginación y la creatividad del niño. Por supuesto, aprenda a escuchar los sonidos que la propia naturaleza y el ambiente también aporta.

Existen numerosos juegos de mesa y recursos pedagógicos que potencian, de manera directa, la atención, y pueden ser muy enriquecedores para los niños. Además, cualquier juego puede ayudar a trabajar la concentración, ya que para realizarlo correctamente deben operar en eso y nada más. La atención en el niño puede estimularse y desarrollarse desde que son pequeños, pero también son muy importantes las actividades diarias del adulto y la familia. Todo ello va a repercutir en el ámbito escolar.

por RN

galería de imágenes