Cuando, en mayo de 2016, se colocó la primera piedra para la construcción del Megapuerto de Chancay, el distrito no superó los 56 mil habitantes. Antes de que entre en funcionamiento la terminal que promete ser la más grande de la región, la población ya ronda los 70 mil habitantes. Agua potable, vías de acceso, servicios de salud y seguridad ciudadana cubren la demanda con lo justo y a veces ni siquiera eso. ¿Qué pasará cuando se cumpla la proyección de llegar a 350 mil habitantes?

El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento estima que la demanda de vivienda puede multiplicarse hasta cinco veces en Chancay y en distritos como Aucallama, aledaños al proyecto. La mala noticia es que, a pocos meses del inicio de operaciones, no se ejecutan planes para atender la expansión urbana y la demanda de servicios.

A principios de marzo, Hernán Navarro, viceministro de Vivienda y Urbanismo, reconoció al diario Gestión que las invasiones han ganado terreno en localidades cercanas a Chancay como Paramonga. “Tenemos claro que llegamos tarde como Estado”, dijo entonces. Aunque en aquella oportunidad el funcionario anunció que publicarán cambios en las reglas para agilizar la formalización y entrega de bonos, Comercio Solicitó una entrevista con voceros de esta cartera para conocer los avances, pero al cierre de esta nota optaron por no responder.

Para Álvaro Espinoza, investigador del Grupo de Análisis del Desarrollo (Grade), este retraso en la ejecución de acciones no ha hecho más que fortalecer la expansión de economías ilegales como el tráfico de tierras. “La batalla ya está perdida. Que hayan empezado a preocuparse por cómo se va a expandir la ciudad a estas alturas es inoportuno. Desde que se empezó a pensar el proyecto hubo que planificar la ampliación urbana”, él dice Comercio.

Con él coincide Guido Valdivia, director ejecutivo de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), quien agrega que, a falta de una planificación territorial desarrollada previamente, el crecimiento de las invasiones abarca todo el llamado norte pequeño e incluso Ancón. “En Huaral, Chancay y Aucallama hemos identificado más de 60 proyectos de lotes inmobiliarios. Casi la mitad son proyectos no formales, es decir, producto de la invasión y no basados ​​en un plan de desarrollo territorial para estos distritos. En Ancón, cerca del libramiento de Pasamayo, las invasiones son impresionantes”dicho.

Para el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), este megaproyecto, liderado por la empresa china Cosco Shipping, es clave para el comercio internacional y será un hub que redistribuirá carga desde los países de Chile, Ecuador y Colombia. Los vecinos, sin embargo, se enfrentan a problemas debido a los daños en sus viviendas y a la creciente inseguridad.

/ Jorge Cerdán

Las invasiones no sólo limitan el desarrollo de planes urbanos que garanticen el acceso a servicios básicos sino que están asociadas con delitos cada vez más violentos. El alcalde de Chancay, Juan Alberto Álvarez reconoció que sólo en la zona norte del distrito hay disputas territoriales que han causado al menos 4 muertos en tres meses.

Un ejemplo de cómo la planificación ya llega tarde es que, a principios de este año, la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuéllar, anunció que el Proyecto especial Chancay-Ancón-Callao con planes de desarrollo urbano, obras de agua y saneamiento y proyectos de creación de vivienda. Es abril y no hay noticias sobre el tema.

Los acuerdos de cooperación para planificación territorial y urbana con Huaral, Chancay y Aucallama recién se firmaron el 9 de enero. La meta que se mencionó entonces era entregar los planes “para el tercer trimestre de 2024”. Es decir, cuando el megapuerto empiece a funcionar.

Servicios al límite

El agua es lo que más nos preocupa”, dice el alcalde de Chancay. En diálogo con Comercio, advirtió que la capacidad actual de suministro de agua potable está al límite hasta que se desarrolle el proyecto de creación de una planta de tratamiento para el distrito. Si bien existe un estudio de preinversión, financiado por Cosco Shipping, el presupuesto y la ejecución depende del gobierno central. Vecinos de Chancay confirmaron a este diario que el servicio de agua potable ha disminuido en los últimos años, con restricciones horarias.

La cobertura sanitaria también está en riesgo. Según el alcalde, se necesita un hospital nuevo y más grande. “El año pasado el hospital se incendió dos veces y nadie intervino, ni el Gobierno central ni el regional. «En el primero perdimos el expediente y en el segundo dos quirófanos», Advirtió Álvarez.

Otro elemento crítico es la capacidad de la Panamericana Norte y las vías de acceso a la ciudad. Martín Ojeda, director del Consejo Nacional de Transporte Terrestre y representante de las empresas de carga, explica que ni siquiera la capa asfáltica de la vía soportará un mayor flujo de vehículos. Esto sin tomar en cuenta la inseguridad que viven los transportistas por los asaltos en la zona norte y la congestión en la entrada y salida de las ciudades. “No puede ser que tengamos el primer puerto a nivel continental y la peor infraestructura en términos de transporte, carga y pasajeros. El puerto va a elevar el estatus económico del país, pero va a chocar con un tráfico que ningún empresario que intente llevar sus productos a Ecuador y Brasil lo más rápido posible tolerará”, advierte.