El descontrol de los narcos en Rosario se coló en plena campaña política y llevó a posibles candidatos elecciones como el mediático abogado Fernando Burlando ha consultado en las redes sobre la idea de replicar contra los narcos en Argentina las medidas sancionadas por el gobierno de Nayib Bukele contra las pandillas es El Salvador. Se trata de 3 leyes muy duras que fueron muy criticadas por organizaciones de derechos humanos.
A pesar de las criticas de organismos internacionales, Bukele defendió los medios aprobados por el asamblea legislativa -de la mayoría oficialista- utilizaron a sancionar a los medios y periodistas que reprodujeron mensajes de las llamadas maras: que incluyen también la prohibición de grafitis alusivos a las pandillas y la incautación y uso posterior de bienes y armas para combatirlas.
Pero no se quedó ahí, sino que el presidente de el salvador amenazó con dejar morir de chamber a los pandilleros presos si en la calle sus complices comienzan a vengarse por el régimen de excepción declarado en el país. Y afirmó: «Y sin importar lo que digan los organismos internacionales”, agregó el mandatario Durante un acto.
Las polémicas medidas aprobadas por Bukele:
1. Sanciones para los medios
La reforma del orden castigar idiota penas de diez a quince años de prisión un mediocre cualquiera de comunicación que de reproducción o transmisión «mensajes o comunicados originados o presuntamente originados» por pandillas.
La Asociación de Periodistas de El Salvador (Apes) expresó su preocupación y calificó la reforma de «mordaza».
2. Prohibición de pintadas
La reforma establece quienes elaboran, participan o facilitan la ejecución de «textos, pinturas, diseños, dibujos, grafitis y cualquier otra expresión visual en muebles públicos y privados», donde se transmite mensajes explícitos e implícitos que hagan alusión a las pandillas, serán condenados con una pena de diez a quince años de prisión.
3. Reutilización de bienes y armas
Authoriza al Estado a utilizar el armamento, dinero y bienes incautados a las pandillas para luchar contra ellas mismas. O sea reutilizarlos por los ministerios de Seguridad y de Defensa.
Estas medidas y los dichos del Presidente salvadoreño recibieron duras críticas de la ONU, de Unicef y de diferentes organizaciones de Derechos Humanos de El Salvador y de varios países.